Muchas veces las cosas más
sencillas son las que más gustan. Últimamente cuando salgo al supermercado no encuentro
queso crema, tengo pendiente una tarta de queso y no hay forma de que la pueda
repetir para ver que tal funciona, el caso es que para esa tarta necesito ½ kg
de queso crema y en casa solo tenía una tarrina de 200 gramos y mira por donde
el otro día me aparece una receta que solo necesita esa cantidad.
He hecho una pequeña variación,
he quitado una parte de leche y he puesto un brick de nata, también he añadido
un poco de vainilla, tenía una vaina en el frigorífico, el resultado ha sido buenísimo,
queda con una textura muy cremosa, riquísima y encima es tan fácil.
Si os gustan las tartas de queso
con base de galletas podéis ponérsela pero así ya queda muy rica.
INGREDIENTES:
200 gr de queso crema tipo
philadelphia
1 lata de leche condensada
pequeña
1 brick de nata de montar (200
ml)
1 yogur griego
4 huevos tamaño L
Leche entera (aprox 300 ml,
después os explico)
2 cucharadas soperas de maicena
1 trozo de vainilla de unos 3 cm
(sacar las semillas)
Ponemos en un cuenco el queso
crema, la leche condensada, los huevos, las semillas de vainilla (o un sobre de
azúcar vainillado) el yogur, la maicena.
En el recipiente de la leche
condensada pondremos el brick de nata y rellenamos el resto con leche entera,
lo ponemos también en el cuenco con todo lo demás.
Trituramos todo hasta que no
queden grumos, pasamos por un colador fino.
Mojamos un papel de horno para
poder darle forma y forramos un molde de unos 20 cm, desmontable, cubrimos el
molde con el papel y vertemos la preparación anterior.
Precalentamos el horno a 180-190º
con calor por arriba y por abajo.
Horneamos primero unos 10 minutos
a esa temperatura, luego unos 25 más a 160º, y por último dejamos en el horno
apagado 5 minutos más.
Dejar enfriar completamente antes
de llevar al frigorífico durante un par de horas mínimo.
Espero que os guste.