En mi casa no había costumbre de
usar la harina de maíz, de hecho yo no la he usado hasta hace bien poco, la
harina de maíz que conocíamos era la refinada, más comúnmente llamada maicena,
pero no tiene nada que ver una cosa con la otra, la harina de maíz tiene un
sabor especial que aporta a los bizcochos un punto muy especial, si no la habéis
probado os animo a hacerlo, además si en casa tenéis alguien con intolerancia
al gluten os va a venir genial ya que la
harina de maíz no tiene gluten.
Ingredientes:
3 huevos tamaño L
1 yogur griego sin azúcar
100 gr. de aceite de girasol
200 gr. de azúcar
150 gr. de harina de maíz
2 cucharaditas de levadura química tipo Royal
100 gr. de pasas remojadas en ron
o agua durante al menos unas horas
60 gr. de nueces troceadas
1 cucharadita de café de sal.
Precalentamos el horno a 180º,
calor arriba y abajo.
Engrasamos con mantequilla un
molde tipo corona, añadimos una cucharada de harina que distribuimos bien por
todo el molde, retiramos el exceso y reservamos.
Mezclamos la harina de maíz con
la levadura y la sal, tamizamos y reservamos.
Batimos los huevos con el azúcar
hasta que empiecen a blanquear, añadimos el yogur y el aceite y volvemos a batir
hasta que esté bien mezclado.
Incorporamos la mezcla de harina
y levadura, y mezclamos suavemente con una espátula de goma hasta conseguir una
masa lisa y sin grumos.
Troceamos las nueces, no
excesivamente pequeñas ni demasiado grandes, escurrimos las pasas, incorporamos
ambas a la masa y mezclamos para que se repartan bien.
Vertemos la masa en el molde y
llevamos al horno unos 30-35 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo en
el centro, salga limpio. Dejamos enfriar en el molde durante unos minutos y
luego damos la vuelta sobre una rejilla hasta que esté totalmente frío. Servimos con un poco de azúcar glas por
encima.
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