Este bizcocho queda realmente
delicioso, es jugoso y nada empalagoso, a diferencia de otros de zanahoria este
no lleva canela, lleva un toque de vainilla y el coco que lo hacen diferente al
resto.
Al usar el truco del trozo de
bayeta mojada en agua fría queda muy recto, por lo que sería ideal para
convertirlo en tarta con una crema de queso, pero para el desayuno y la
merienda no es necesario excederse tanto.
No vas a necesitar ni batidora ni
nada para hacerlo, solo rallar y mezclar bien los ingredientes con unas
varillas y una lengua de cocina.
Como siempre a este tipo de
bizcochos les va como anillo al dedo una crema de queso al aroma de vainilla,
aunque sin nada está espectacular.
Vamos a necesitar:
Un molde de unos 26 cm.
200 gr de harina
8 gr de levadura tipo royal
1 cucharadita de bicarbonato
Una pizca de sal
100 gr de azúcar
50 gr de azúcar moreno
60 gr de nueces en trocitos
50 gr de coco rallado
180 gr de zanahoria rallada fina
1 manzana grande o dos pequeñas
ralladas más gorditas.
4 huevos tamaño L (temperatura
ambiente)
1 taza de aceite de oliva suave o
de girasol
1 cucharadita de extracto de
vainilla o dos sobres de azúcar vainillado.
En un cuenco grande tamizamos la
harina a la que habremos incorporado la levadura, el bicarbonato y la sal.
Añadimos los dos tipos de azúcar, el coco rallado, la zanahoria rallada, la
manzana rallada y las nueces, mezclamos bien con la lengua de cocina.
En otro cuenco batimos los huevos
con el aceite de oliva o girasol y la vainilla, volcar en el cuenco de los
ingredientes secos, mezclar hasta que esté todo bien integrado, no batir para
que no se vuelva un bizcocho duro.
Poner un papel de horno en el
fondo del molde y engrasar los lados, verter la masa del pastel y hornear
durante 30-35 minutos hasta que al pinchar salga limpio.
Dejar enfriar antes de desmoldar.
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