El nombre asusta un poquito pero cuando las pruebes no habrá suegra que se resista porque están realmente de vicio, claro que también le puedes decir a tu suegra que se llaman ruedas de molino, jijiji.
Reconozco que yo no las conocía pero
parece ser que son muy típicas de las fiestas de Primavera murcianas, también
he visto que se preparan también con flan del niño, pero con crema pastelera
están de muerte lenta.
Lo más difícil de esta receta es
desde luego la crema pastelera, tiene que quedar espesa pero cremosa, que no sea
un mazacote, lo bueno es que al morder la galleta encuentres la crema bien cremosa.
INGREDIENTES:
Un paquete de galletas María
hojaldrada (salen 40 matasuegras)
400 ml de leche
La piel de medio limón
1 palo de canela
1 copita de brandy
2-3 huevos
Aceite para freír
Azúcar y canela para rebozar
CREMA PASTELERA:
1 litro de leche
250 gr de azúcar
6 yemas de huevo
60 gr de maicena
La piel de medio limón
Para preparar la crema, reservamos
un vaso de leche, ponemos el resto a cocer con la canela y la piel del
limón y 200 gramos de azúcar.
En un cuenco grande pondremos las
yemas de huevo con el resto del azúcar y la maicena, batimos bien e
incorporamos el vaso de leche que habíamos reservado, una vez que la leche este
hirviendo la colamos y la ponemos en la mezcla de yemas.
Devolvemos la crema al cazo y la
cocemos sin dejar de mover hasta que espese, no dejar hervir mucho porque se
puede cortar.
Dejar enfriar cuidando que no se
forme costra, podéis cubrir con papel film o enfriar poniendo el cazo en un bol
con agua fría, teniendo cuidado de que no entre agua en la crema.
Una vez que la crema esté fría ya
podemos ir llenando las galletas, ponemos la crema en una manga pastelera y
cubrimos bien la galleta, tapamos con otra, las colocamos en una fuente, para
que no se peguen unas con otras poner un papel de aluminio entre cada capa de
galletas, cuando las tengamos todas rellenas las ponemos en la nevera durante
toda la noche para que la crema esté bien fría y podamos freírlas bien.
En otro cazo pondremos la leche
que hemos preparado para luego remojar las galletas, la hacemos hervir con la
canela y la piel de limón, tapamos y dejamos infusionar durante la noche.
Al día siguiente añadimos la
copita de brandy a la leche que previamente hemos colado.
Preparamos un plato con los
huevos batidos, un cuenco con la leche y un plato con el azúcar y la canela.
Ponemos a calentar abundante
aceite de girasol en una sartén.
Remojamos las galletas por los
dos lados, que queden bien remojadas pero que no se rompan, luego las pasamos
por huevo y las freímos por los dos lados hasta que estén doradas.
Pasamos por azúcar y canela,
colocamos en una fuente de servir, dejamos enfriar completamente y luego
conservamos en frío hasta la hora de comerlas.
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